Por el camino van hablando de todo lo que había pasado en Jerusalén. Mientras hablaban, Jesús mismo se acercó y comenzó a caminar con ellos, pero no le conocieron. Al caer la noche Jesús hizo como que continuaba su camino, pero ellos le invitaron a quedarse, cuando ya estaban sentados en la mesa, tomó en sus manos el pan, y habiendo dado gracias a Dios, lo partió y se lo dio. En ese momento abrieron los ojos y reconocieron a Jesús Resucitado.
Se trata de un paralelismo con nuestra vida, Jesús camina a nuestro lado, pero en muchas ocasiones no lo vemos. Esta es la clave del tiempo que dura el retiro, recordar, descubrir o iniciar la experiencia de tener a Cristo presente en nuestras vidas, porque esta dirigido a todo tipo de personas, alejadas de la iglesia o dentro de ella, que forman parte de un grupo religioso o no. Esta es una experiencia que cambiará su vida para siempre.
Para los que tienen una fe viva supone una reafirmación en sus creencias y un vuelco en su vida espiritual.
Todos somos llamados a tener una cita personal e íntima con el Amor de Dios. Por ello, en la parroquia San Fermín queremos facilitar a todo el que lo desee experimentar y vivir este retiro.